Recibiéndose (constantemente) de Rabino
Por el rabino Bentzy Shemtov
El miércoles pasado viví algo que en un principio pensé que nunca más me volvería a pasar.
Después de muchos años de estudio y varios exámenes, el miércoles pasado a las 11.40 de la noche concluí exitosamente mi último examen oral en las leyes de Shabat y me recibí de Rabino.
En camino a casa, con diploma en mano, me puse a pensar: Ya tengo el titulo, pero ¿qué, exactamente, es un Rabino?
Muchas descripciones me vinieron a la mente; Líder, Maestro, Guía, Inspirador, Fuente de fe, Protector de la Torá, entre otras… Pero creo que la palabra más adecuada para describir la labor de un Rabino es “conector”. ¿Qué hace un conector? Para poder conectar dos cosas uno tiene que evaluarlas y entenderlas correctamente, para que cada una se vea beneficiada del hecho que está conectada con la otra y no que esté perdiendo su “identidad” por ello.
El Rabino conecta la Torá con los integrantes de su comunidad. Para poder cumplir con su misión efectivamente tiene que respetar, entender y proteger a las partes involucradas.
Primero que nada tiene que ser conocedor de la Torá, por lo menos al punto de saber qué es una pregunta y si no sabe cómo resolverla en el instante, saber a dónde o a quién recurrir.
No menos importante es poder entender y empatizar con el que le viene a consultar y aun con aquel que no sabe que debería hacerlo.
Esto no implica querer cambiar la Torá para acomodarla a la gente. Significa buscar enseñar la Torá luego de evaluar la capacidad de los destinatarios.
Afable pero firme.
Se cuenta la historia del Rabino en el Shtetel al cual un simple zapatero le preguntó en víspera de Pésaj si en la noche del séder estaba permitido usar leche para las cuatro copas en lugar de vino. Apenas el hombre salió del estudio, el sabio Rabino mando a sus discípulos a que preparen una cena de carne con todos los manjares para que esta familia tenga para la noche del séder. El Rabino entendió que si este hombre está preguntando por tomar las cuatro copas de leche en lugar de vino obviamente no tenía carne en su cena y probablemente le faltaban otros elementos más...
Este es el desafío constante que hay que afrontar: No modificar la Torá y a la misma vez acercarla a la gente a ella.
Como dice el viejo dicho: "Un Rabino que es amado por todos, no debe ser un buen Rabino, y un rabino que nadie lo quiere no debe ser un Mentsch."
Es una lucha (personal) diaria.
Ahí me di cuenta que en realidad no terminé de recibirme de Rabino; acaba de empezar el proceso. Se pasa toda la vida recibiéndose de Rabino.
Shkoiaj!!
ResponderBorrarFelicitaciones Rab Bentzy al finalizar (o comenzar) tu carrera, como tambien por este hermoso articulo!!
ResponderBorrarA big fan :)