Percepciones Justas y Distorsionadas
Por el rabino Eliezer Shemtov
¿Cómo se traduce “mañana” al inglés?
En el diccionario aparece la traducción como “tomorrow” pero
los que vivimos en latinoamérica sabemos que la palabra “mañana” quiere
decir “not today”, o sea, “hoy, no”.
Hay muchos que aplican en su vida la regla de “no postergues
para mañana lo que puedes postergar para pasado mañana...”.
¿De dónde viene esa tendencia hacia la postergación? ¿Es
simplemente una cuestión de pereza? Y en el caso de que sí, ¿cuál es la raíz de
la pereza?
Quizás podemos encontrar la respuesta en la cuarta Mishná
del capítulo de Pirkei Avot que en algunas comunidades tenemos la costumbre de
estudiar esta semana, el segundo capítulo.
“...Hillel dice: No te separes de la
comunidad y no confíes en ti mismo hasta el día que mueras. No juzgues a tu
amigo hasta no llegar a su lugar. No digas lo que no es fácilmente escuchado,
pero que eventualmente será escuchado. No digas “cuando tenga tiempo
estudiaré”, quizás nunca estarás libre."
Llama la atención la yuxtaposición de todos estos temas.
¿Cuál es el común denominador entre ellos?
Me da la impresión de que el común denominador es el llamado
a no distorsionar la realidad.
Veamos los distintos aspectos de dicho desafío delineados en
la Mishná:
No te separes de la comunidad
La tendencia del hombre es buscar expresar su
individualidad. Mostrar su independencia y distinción de los demás.
Especialmente hoy en día está muy de moda hablar de los derechos del individuo,
ignorando las responsabilidades para con la comunidad en general.
Hillel nos enseña que el verdadero aporte que uno puede
hacer se ve potenciado por medio de su pertenencia a la comunidad y no
disminuido, ya que la sinergia de la comunidad sirve para realzar y potenciar
el aporte individual.
y no confíes en ti mismo hasta el día
que mueras.
Uno puede llegar a un determinado nivel de logros en su vida
y pensar que ya puede independizarse y no necesitar de nadie. Hillel nos
recalca que no debemos confiar en nosotros al punto de separarnos de la
comunidad. Nadie es invulnerable. Uno debe siempre rodearse de gente que puede
ayudar a que sus decisiones en la vida sean las correctas.
La tendencia humana es buscar llegar a un nivel de comodidad
en todas las áreas de su vida, la intelectual, emocional y económica. Llegar a
tener respuestas a sus interrogantes existenciales, llegar a tener una relación
afectiva estable como también una situación económica estable.
Si bien son logros loables que cada persona normal busca y
cada persona “exitosa” logra, Hillel nos enseña que hay otra actitud, más
piadosa, que uno puede y debe adoptar: No conformarse nunca con sus logros
espirituales. Saber que cada día de vida que D-os nos da no es simplemente para
disfrutar de nuestros logros, sino para superarnos aún más.
También: uno no debe nunca pensar que sus logros son
permanentes. Hasta el último día de vida, los desafíos siguen estando y si uno
no está atento, puede patinar. La consigna de la vida no es ser perfecto, sino
luchar sin tregua contra las debilidades y desperfectos personales.
No juzgues a tu amigo hasta no llegar a
su lugar.
Hay una tendencia humana de juzgar a todo y a todos desde el
punto de vista personal de uno. “El otro hizo o no hizo algo por la misma razón
que yo (no) lo haría.”
Hillel nos enseña que para poder realmente juzgar al otro es
menester haber llegado a su situación. Si no lo entiendes, no estás en
condiciones de juzgarlo.
No digas lo que no es (fácilmente)
escuchado; que eventualmente será escuchado.
Nuestros sabios explican esta frase de varias maneras:
1. Cuando enseñas algo, no lo digas de una manera que nos es
fácilmente entendido, pensando que eventualmente se entenderá. Asegúrate que lo
que enseñes sea entendido en seguida. No des lugar a la confusión. No apuestes
a que eventualmente se entenderá. Acepta la realidad del otro y plantéale las
cosas de un manera fácilmente entendible para él o ella.
2. Cuando compartes un secreto, no pienses que se mantendrá
en confidencia; eventualmente se publicitará. Aunque la regla es que está
prohibido compartir información confidencial sin autorización previa, a la
generalidad de la gente le cuesta respetar esta norma. Requiere mucho
autocontrol mantener en reserva los secretos.
Según relata el Rabí Iosef Itzjak Schneerson, de bendita
memoria, hay tres niveles entre los que saben guardar un secreto: 1) el que no
revela el secreto, pero se ve en él que guarda un secreto; 2) el que no revela
el secreto ni da la impresión que está guardando un secreto; 3) aquel que aún
cuando escucha el secreto de otro, no revela el hecho de que ya lo sabía. Ese
último es un verdadero Baal Sod, Guardián de Secretos.
Hoy en día, con todos los medios tecnológicos rodeándonos
con la capacidad de documentar cada palabra hablada y cada movimiento que
hacemos es especialmente aconsejable tomar en cuenta la precaución de cuidar
cada palabra que uno dice.
No digas “cuando tenga tiempo,
estudiaré”, quizás nunca estarás libre.
Esta filosofía de vida es la antítesis de la filosofía de “mañana”
(“hoy, no”). Siendo que nadie puede saber cuánto tiempo vivirá, deber
aprovechar cada oportunidad que se le presenta para estudiar Torá.
Otra interpretación de esta frase es que no digas “cuando
esté vacío, estudiaré”, o sea cuando esté vacío de pensamientos o sentimientos
negativos me dedicaré al estudio de la Torá, porque quizás nunca suceda.
Esperar hasta ser perfecto o hasta ser más “religioso” para estudiar Torá es un
argumento falso. La Torá es comparada con el fuego. Así como el fuego nunca
puede impurificarse, del mismo modo las palabras de la Torá no se impurifican
por más que el que las estudia esté impuro. Todo lo contrario, el fuego de la
Torá tiene el poder de purificar hasta al más impuro de sus estudiantes.
En cuanto al tema de la procrastinación, con el cual
empezamos la columna de hoy, puede deberse a varias causas diferentes.
Aprendimos hoy que una de las causas es la falta de valoración de lo limitado
que es la vida y de lo valioso que es cada instante que tenemos. El desafío está
en reconocer el valor de cada momento y aprovecharlo, ya que el momento
siguiente tiene su propia tarea a cumplir y el tiempo que pasó ya no vuelve
más.
Originalmente Publicado en el Semanario Hebreo
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