jueves, 26 de julio de 2012

La Marihuana, el Alcohol y el Tabaco




La Marihuana, el Alcohol y el Tabaco

Preceptos y Conceptos del Judaísmo
Por el rabino Eliezer Shemtov


¿Qué dice el judaísmo sobre el consumo de la marihuana?
Depende.

En el caso que su uso sea ilegal, no hay mucho para discutir ya que hay una norma halájica que dice Dina demaljuta dina, o sea, hay que respetar la ley del país en el cual uno se encuentra.

La duda surge en el caso que el país legaliza el uso de la marihuana. ¿Hay alguna otra consideración que hace que el uso de la marihuana sea prohibido desde el punto de vista de la Halajá, aunque la ley del país lo permita?

El Rabino Moshé Feinstein, Z”L, (1895-1986), una de las más reconocidas autoridades halájicas de nuestra generación, analiza  el tema en su responsa[1] y llega a la conclusión de que hay que desarraigar su uso. Entre sus consideraciones:

  1. Daña al cuerpo del que la consume;
  2. Aun en el caso de que no provoca daño físico, provoca distorsión mental, causando que uno no esté en condiciones como para cumplir con sus responsabilidades adecuadamente;
  3. Provoca adicciones difíciles de controlar, cosa prohibida por la Torá en el caso del “hijo rebelde”[2];
  4. Atenta contra la obligación bíblica de “santificaos”[3], que quiere decir controlar nuestros deseos.
El Rabino Feinstein concluye diciendo que el uso de la marihuana lleva a transgredir muchas prohibiciones más, sin especificarlas, y exhorta a que se haga lo posible para desarraigar su uso.

El alcohol

Analicemos la similitud y la diferencia que tiene el consumo de la marihuana con el consumo del alcohol.

A primera vista, parecería que son muy parecidas ya que la consumición de ambos altera la lucidez mental. Surge la pregunta, entonces, por qué prohibir una cosa y no la otra. En el caso del consumo del alcohol, no solo que el judaísmo lo permite, es obligatorio. Cada sábado recitamos el Kidush sobre una copa de vino y en el Séder de Pésaj tenemos la obligación de tomar cuatro copas de vino. 

La respuesta es que en el caso del vino su beneficio y daño depende de la cantidad que uno consume. Tomar la cantidad que la Halajá estipula, un “reviit”  (86 ml.), en las condiciones estipuladas, es beneficioso; tomar más que esa cantidad puede llegar a provocar trastornos y daño.

Encontramos una discusión en el Talmud[4] sobre cuál fue el Arbol de Conocimiento del Bien y el Mal que D-os les había prohibido a Adán y Eva en el jardín del Edén. La opinión de Rabí Meir es que fue la uva. Fundamenta su opinión en el hecho de que “la uva lleva al llanto” como vemos en el caso de Noé que plantó una vid luego de haber sobrevivido al Diluvio, se emborrachó de su vino y hubo consecuencias negativas.

O sea, la uva es un árbol que nos permite conocer el bien y el mal; depende de la cantidad que uno consume. En el caso de la marihuana, en cambio, desde el vamos causa daño, la cantidad determina simplemente si el daño será mucho o poco.

En cuanto a los posibles efectos del consumo del vino cuentan nuestros sabios[5] que cuando Noé plantó la vid, vino el Satán, sacrificó una oveja, un león, un chancho y un mono y regó la vid con su sangre. Por eso vemos que cuando uno toma una copa de vino se vuelve manso como la oveja, al tomar más se siente fuerte como el león, al tomar más parece un chancho y finalmente se termina pareciendo al mono…

Nuestros sabios nos advierten sobre el abuso del alcohol y exhortan a no emborracharse, ya que uno pierde el control de sus acciones. La única excepción es el día de Purim en el cual es obligatorio embriagarse (siempre y cuando no lleva a desmanes). Podríamos decir que la excepción reafirma la regla.

El Rebe de Lubavitch, que su mérito nos proteja, ha reiterado en numerosas ocasiones su postura en cuanto al consumo de alcohol: para quienes tienen menos de cuarenta años les prohibió consumir más de 3-4 “lejaims” en una celebración. El total de los 3-4 brindis no debe exceder a un “reviit” o los 86 ml. Para quienes son mayores de cuarenta años, confiaba en su sabiduría y madurez para que no abusen del alcohol.

La visión jasídica

¿Cuál es la razón por la que uno busca el efecto que le causa la marihuana? Por lo general es la búsqueda de la liberación de las ataduras terrenales y la incursión a una realidad más espiritual y libre.

También en este caso las enseñanzas jasídicas analizan el problema desde su raíz, ofreciendo una alternativa mejor.

El objetivo por el cual el alma bajó de su mundo espiritual y libre para vestirse en el cuerpo con todas sus limitaciones es porque es justamente en el cuerpo físico con todas sus limitaciones donde uno puede encontrar una conexión con D-os que trasciende la que puede encontrar estando en su estado espiritual. Si lo que uno busca es la autoliberación, la manera de lograrla es por medio del cuerpo y no escapándose de él.

¿Por qué?

El que busca la liberación por medio de la auto-expresión estará siempre limitado por sus propias limitaciones intelectuales y/o emocionales. El que busca trascenderse, no está limitado por sus propias limitaciones. El que hace nada más que lo que entiende y/o siente, estará siempre limitado por ello. El que es capaz de hacer lo correcto, más allá de lo que siente y entiende, puede llegar a niveles espirituales inalcanzables de otra manera.
Para poder valorar y apreciar la profunda dimensión espiritual existente dentro de lo físico, hace falta acceder a las enseñanzas del jasidismo. Son las enseñanzas del jasidismo las que permiten que uno descubra y desarrolle una apreciación por la superioridad espiritual que tiene el plano terrenal. O sea, el que estudia Jasidut no necesita la marihuana, ya que logra el mismo efecto de una manera superior y sin los efectos negativos.

El Tabaco

En cuanto a fumar tabaco, hay autoridades halájicas contemporáneas que lo prohíben y otras que no lo han prohibido expresamente. En respuesta a uno que le preguntó por qué no lo prohibía, el Rebe de Lubavitch explicó que una de las razones era para darles una “válvula de escape” a los adolecentes que sienten la necesidad de rebelarse. Si el tabaco fuera tan prohibido como la droga, irían directamente a la droga, que es mucho peor. “De todas maneras,” dice el Rebe, “está la obligación bíblica genérica de ‘cuidarán mucho a sus vidas’[6] (que incluye la obligación de protegerse contra el daño del cigarrillo)”.


[1] Ioré Deá III, 35
[2] Deut., 21:18-21
[3] Levitico, 19:2
[4] Berajot, 40a

[5] Midrash Tanjuma, Noaj, cap.  13
[6] Deut., 4:15

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