La Marihuana, el Alcohol y el Tabaco
Preceptos y Conceptos del Judaísmo
Por el rabino Eliezer Shemtov
¿Qué dice
el judaísmo sobre el consumo de la marihuana?
Depende.
En el caso
que su uso sea ilegal, no hay mucho para discutir ya que hay una norma halájica
que dice Dina demaljuta dina, o sea, hay que respetar la ley del país en
el cual uno se encuentra.
La duda
surge en el caso que el país legaliza el uso de la marihuana. ¿Hay alguna otra
consideración que hace que el uso de la marihuana sea prohibido desde el punto
de vista de la Halajá, aunque la ley del país lo permita?
El Rabino
Moshé Feinstein, Z”L, (1895-1986), una de las más reconocidas autoridades
halájicas de nuestra generación, analiza
el tema en su responsa[1] y llega a la conclusión de
que hay que desarraigar su uso. Entre sus consideraciones:
- Daña al cuerpo del que la consume;
- Aun en el caso de que no provoca daño
físico, provoca distorsión mental, causando que uno no esté en condiciones
como para cumplir con sus responsabilidades adecuadamente;
- Provoca adicciones difíciles de controlar,
cosa prohibida por la Torá en el caso del “hijo rebelde”[2];
- Atenta contra la obligación bíblica de
“santificaos”[3],
que quiere decir controlar nuestros deseos.
El Rabino
Feinstein concluye diciendo que el uso de la marihuana lleva a transgredir
muchas prohibiciones más, sin especificarlas, y exhorta a que se haga lo
posible para desarraigar su uso.
El
alcohol
Analicemos
la similitud y la diferencia que tiene el consumo de la marihuana con el
consumo del alcohol.
A primera
vista, parecería que son muy parecidas ya que la consumición de ambos altera la
lucidez mental. Surge la pregunta, entonces, por qué prohibir una cosa y no la
otra. En el caso del consumo del alcohol, no solo que el judaísmo lo permite,
es obligatorio. Cada sábado recitamos el Kidush sobre una copa de vino y en el
Séder de Pésaj tenemos la obligación de tomar cuatro copas de vino.
La
respuesta es que en el caso del vino su beneficio y daño depende de la cantidad
que uno consume. Tomar la cantidad que la Halajá estipula, un “reviit”
(86 ml.), en las condiciones estipuladas, es beneficioso; tomar más que
esa cantidad puede llegar a provocar trastornos y daño.
Encontramos
una discusión en el Talmud[4] sobre cuál fue el Arbol de Conocimiento
del Bien y el Mal que D-os les había prohibido a Adán y Eva en el jardín del
Edén. La opinión de Rabí Meir es que fue la uva. Fundamenta su opinión en el
hecho de que “la uva lleva al llanto” como vemos en el caso de Noé que plantó
una vid luego de haber sobrevivido al Diluvio, se emborrachó de su vino y hubo
consecuencias negativas.
O sea, la
uva es un árbol que nos permite conocer el bien y el mal; depende de la
cantidad que uno consume. En el caso de la marihuana, en cambio, desde el vamos
causa daño, la cantidad determina simplemente si el daño será mucho o poco.
En cuanto a
los posibles efectos del consumo del vino cuentan nuestros sabios[5] que cuando Noé plantó la vid,
vino el Satán, sacrificó una oveja, un león, un chancho y un mono y regó la vid
con su sangre. Por eso vemos que cuando uno toma una copa de vino se vuelve
manso como la oveja, al tomar más se siente fuerte como el león, al tomar más parece
un chancho y finalmente se termina pareciendo al mono…
Nuestros
sabios nos advierten sobre el abuso del alcohol y exhortan a no emborracharse,
ya que uno pierde el control de sus acciones. La única excepción es el día de
Purim en el cual es obligatorio embriagarse (siempre y cuando no lleva a
desmanes). Podríamos decir que la excepción reafirma la regla.
El Rebe de
Lubavitch, que su mérito nos proteja, ha reiterado en numerosas ocasiones su postura
en cuanto al consumo de alcohol: para quienes tienen menos de cuarenta años les
prohibió consumir más de 3-4 “lejaims” en una celebración. El total de los 3-4
brindis no debe exceder a un “reviit”
o los 86 ml. Para quienes son mayores de cuarenta años, confiaba en su
sabiduría y madurez para que no abusen del alcohol.
La visión jasídica
¿Cuál es la
razón por la que uno busca el efecto que le causa la marihuana? Por lo general
es la búsqueda de la liberación de las ataduras terrenales y la incursión a una
realidad más espiritual y libre.
También en
este caso las enseñanzas jasídicas analizan el problema desde su raíz,
ofreciendo una alternativa mejor.
El objetivo
por el cual el alma bajó de su mundo espiritual y libre para vestirse en el cuerpo
con todas sus limitaciones es porque es justamente en el cuerpo físico con
todas sus limitaciones donde uno puede encontrar una conexión con D-os que
trasciende la que puede encontrar estando en su estado espiritual. Si lo que
uno busca es la autoliberación, la manera de lograrla es por medio del cuerpo y no escapándose de él.
¿Por qué?
El que
busca la liberación por medio de la auto-expresión estará siempre limitado por
sus propias limitaciones intelectuales y/o emocionales. El que busca trascenderse,
no está limitado por sus propias limitaciones. El que hace nada más que lo que
entiende y/o siente, estará siempre limitado por ello. El que es capaz de hacer
lo correcto, más allá de lo que siente y entiende, puede llegar a niveles
espirituales inalcanzables de otra manera.
Para poder
valorar y apreciar la profunda dimensión espiritual existente dentro de lo
físico, hace falta acceder a las enseñanzas del jasidismo. Son las enseñanzas
del jasidismo las que permiten que uno descubra y desarrolle una apreciación
por la superioridad espiritual que tiene el plano terrenal. O sea, el que
estudia Jasidut no necesita la
marihuana, ya que logra el mismo efecto de una manera superior y sin los
efectos negativos.
El
Tabaco
En cuanto a
fumar tabaco, hay autoridades halájicas contemporáneas que lo prohíben y otras
que no lo han prohibido expresamente. En respuesta a uno que le preguntó por
qué no lo prohibía, el Rebe de Lubavitch explicó que una de las razones era para
darles una “válvula de escape” a los adolecentes que sienten la necesidad de
rebelarse. Si el tabaco fuera tan prohibido como la droga, irían directamente a
la droga, que es mucho peor. “De todas maneras,” dice el Rebe, “está la
obligación bíblica genérica de ‘cuidarán mucho a sus vidas’[6] (que incluye la obligación de
protegerse contra el daño del cigarrillo)”.
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