La Honestidad
Preceptos y Conceptos del Judaísmo
Por el Rabino Eliezer Shemtov
Cuentan[1]
de Alejandro Magno que fue a visitar un país lejano. Al llegar, pidió ver cómo
funcionaba la justicia en ese país.
Lo
invitaron a presenciar un caso.
Entran
dos hombres y el primeo plantea su caso:
Compré
un campo de este señor y encontré allí una caja llena de diamantes. Fui a
devolverle la caja, ya que le compré un campo y no un tesoro, y no me lo quiere aceptar.
“¿Ud.,
qué dice?” preguntó el juez al otro hombre.
Yo le
vendí al campo con todo lo que contiene. Si encontró un tesoro es de él.
Aljandro
Magno no pudo creer lo que estaba presenciando. Miró al juez para ver cómo
fallaría.
“Dígame,”
dijo el rey al primero. “¿Tienes hijos?”
Sí. Tengo
un hijo.
¿Y Ud.?
Preguntó al otro.
Sí.
Tengo una hija.
Pues,
sugiero que sus hijos se casen entre sí. De este modo el tesoro quedará en la familia.
Una vez
concluido el juicio, el rey pidió la palabra.
No puedo
creer lo que acaba de ver, dijo.
¿Por
qué, juzgué mal? ¿Cómo fallarían en su país?
En mi
país, mataríamos a los dos y el gobierno quedaría con el tesoro.
Dígame,
dijo el juez al rey. ¿Llueve en su país?
Si, por
supuesto, dijo el rey.
¿Sale el
sol en su país?
Por
supuesto.
¿Tienen
animales en su país?
Claro.
Pues,
debe ser en mérito de los animales que el sol sale y la lluvia cae…
¿Hasta
qué punto debe uno ser honesto?
Nuestros
sabios enseñan que el “sello” de D-os es la verdad[2].
¿Qué quiere
decir?
La
respuesta está en la estructura de las palabras hebreas por verdad y falsedad, Emet
y Shéker, respectivamente.
La palabra Emet
se compone de la primera letra del alfabeto hebreo, seguida por la letra del
medio y concluida por la última letra del alfabeto. A su vez, cada letra tiene
dos pies. Esto nos enseña que algo que es verdad es siempre verdad desde el
principio hasta el final y cada detalle de la verdad puede sostenerse solo. En
contradistinción, la palabra hebrea por falsedad, Shéker, se compone de
tres letras que vienen juntas al final del alfabeto hebreo, y cada letra tiene
un sólo pie. Esto enseña que una mentira no perdura mucho y necesita de más
mentiras para sostenerse ya que cada detalle en sí caería. El sello de D-os es
la verdad, ya que, como la verdad, está en todas partes y perdura para siempre.
La Torá nos
prohíbe engañar en una transacción comercial, tanto con judíos como quienes no
lo son. Si tengo un auto a la venta y nadie puede darse cuenta que había
chocado, tengo la obligación de informarle al potencial comprador del hecho.
Abundan las
historias que nuestros sabios nos cuentan para enfatizar la importancia y el
valor de decir la verdad siempre, aunque aparentemente no convenga.
Excepciones
Las
excepciones que encontramos a esa regla son:
1)
Está
permitido cambiar los hechos para lograr o mantener la paz;
2)
Está
permitido mentir para salvarse la vida.
Un ejemplo
que encontramos de una mentira para salvar la paz es con Aharón, hermano de
Moisés, que buscaba siempre reconciliar a los que estaban en conflicto.
Si se
enteró de dos personas que estaban peleadas, se acercaba a uno y le decía mira
que fulano realmente quiere reconciliarse contigo pero no se anima ser el
primero por miedo a que lo rechaces. Fue y dijo lo mismo al segundo. Como
resultado, cuando se encontraban los dos en la calle se abrazaban y se reconciliaban,
gracias a la “mentira” de Aharón.
En cuanto a
mentir para salvarse la vida, no hace falta explicar demasiado…
Quiero no
obstante compartir una historia estremecedora que ocurrió durante la segunda
guerra mundial.
El Rebe y
su esposa se encontraban en Paris. Cuando los nazis tomaron Paris ordenaron un
censo de todos los habitantes de la ciudad. Uno de los habitantes de la
vivienda del Rebe respondió “ortodoxo” a la pregunta “¿Religión?”. Cuando el
Rebe volvió a casa y se enteró de esto fue a la oficina de registro para
aclarar que era judío ortodoxo, para que quede claro que “ortodoxo” no
se refería a la religión “ortodoxa rusa”… No quiso renegar de su condición de
judío aunque sea meramente en los registros nazis y aunque estuviera poniendo
su vida en peligro…
Cuando un
amigo te pide una opinión sobre una compra, ¿debes decir la verdad o lo que
quiere escuchar?
Depende. Si
todavía no hizo la compra debes decirle lo que opinas verdaderamente. Una vez
que hizo la compra, y no lo puede devolver, debes decirle que está muy bien.
De hecho,
hay una discusión en el Talmud[3] entre Beit Shamai y Beit
Hillel en cuanto a qué decir delante de una novia en su boda. Beit Shamai dice
que hay que decir la verdad. Beit Hillel dice que hay que decir que es linda.
Explican nuestros sabios que la opinión de Hillel no es que hay que mentir,
sino que de hecho es linda… para su novio. O sea, es una verdad desde cierto
punto de vista.
Hay un
dicho que dice que un tonto dice toda la verdad, mientras que un sabio no
miente. Hay que saber a veces - sin mentir - no decir una verdad que puede herir
gratuitamente.
El Soborno
Encontramos
que la Torá (Exodo 23:8) prohíbe explícitamente que un juez acepte soborno en
un juicio, aun para juzgar correctamente, “porque el soborno cegará los ojos de
los sabios y torcerá las palabras de los justos”.
Hay muchas
historias en el Talmud de jueces que se recusaron porque sintieron que uno de
los litigantes les haya hecho un favor que puede tener el efecto del soborno.
Efectos secundarios
Había una
vez un jugador que se arrepintió de su conducta y quiso cambiarla, ya que había
causado mucho daño a su familia con lo que gastaba en el juego. Le resultó muy
difícil mantener su resolución, ya que era adicto.
Desesperado,
fue a consultar con su rabino quien le dio el siguiente consejo. “Nunca digas
una mentira.” El hombre no pudo entender cómo esto lo iba a ayudar, si su
problema era otro.
A poco rato
se dio cuenta de la sabiduría del consejo. Si iba a jugar, al volver a casa le
iban a preguntar dónde estaba. ¿Qué iba a decir? Decir la verdad iba a causar
mucho enojo, tampoco pudo mentir…. Así que fue la verdad lo que lo salvó de su
problema.
No es
siempre fácil decir la verdad y a veces es difícil no decirla. Para eso hace
falta sabiduría y sensibilidad para con el prójimo.
Para más acerca de este tan importante e interesante vea el video "Permiso para Mentir", acá.
La verdad, hace un tiempo que descubrí que era Judía,después de juntarme con un moré... quien me afirmó, "que aquel que ama y cree sólo en el Di=s Eterno, como uno"... ¡YA ES UN jUDÍO!.
ResponderBorrarAl ver las enseñanzas del pueblo judío a través de los mandamientos y la sabiduría que poseen, en el conocimiento del Eterno,puedo decir con toda certeza,"que ellos son la luz del mundo,para las naciones", y hasta el día de mi muerte, daré gracias al Eterno, por haberme permitido conocerlos y aprender diariamente de ellos!. gracias infinitamente por sus enseñanzas.
Shalom Ubrajá.