jueves, 29 de diciembre de 2011

Zeide




Zeide 

Rabino Tzvi Hirsh Chitrik (1927-2011)


Por Bentzy Shemtov

Estoy sentado en el avión, rumbo a Nueva York para estar en el entierro de mi querido Zeide.

La verdad, no lo puedo creer. Sí, Zeide tenía 84 años y sí, Zeide tuvo su tercer ataque de corazón hace un mes atrás, pero nunca me imaginé que mi abuelo con tanta vitalidad y que nunca se dio por vencido no estará más con nosotros físicamente. Y aquí estoy…

Muchísimas memorias me vienen a la mente en este momento y mis ojos no permanecen secos. Tuve el placer de vivir en la casa de mi Zeide durante 5 años y contando… Fue una persona que indudablemente ha impactado mi vida muchísimo. 

Honestidad. Caridad. Hajnasat Orjim. Amor al projimo. Estudio de Torá constante. Un Mentch. Un gentleman. Un hombre de palabra. A Yidishe Kop. A Rusishe Hartz :), entre muchas.

Pero la cualidad "unificadora" que me viene a la mente constantemente es que Zeide fue un comerciante judío por excelencia. Era un hombre de negocios en el mundo moderno y a la vez un judío temeroso de D-os "sin descuentos", y sabía unir esos dos mundos de una manera ejemplar e impecable.

Me recuerdo la historia que contó en Beit Jabad en el kidush de mi Bar Mitzvá. Relató acerca del hombre que se le acercó durante unos de sus viajes a Bruselas pidiéndole un consejo para solucionar el "tema" de Shabat en una industria cuya mayores ventas ocurren el fin de semana. Zeide no pudo llegar al final de la historia y se puso a llorar. El discurso no continuó. 

En ese momento tenia apenas 13 años y obviamente mucho de negocios no entendía pero ese discurso me impactó muchísimo. Entendí suficientemente bien qué significa tener una empresa y tener que cerrar en Shabat cuando no tiene ningún sentido financiero hacerlo. Pero Zeide lo hizo con dignidad y alegría. Y muchos lo tomaron como ejemplo. 

Zeide entendió los desafíos del "Nuevo Mundo" y mostró cómo en temas de judaísmo no se hacen atajos. El mundo y la Torá pueden vivir completamente en paz, mano a mano.

Hoy en día, gracias a D-os, es mucho más común, pero imaginémonos en los años 50, 60, 70, un hombre de traje y sombrero, con una larga barba y que no come nada que no haya sido preparado por su esposa en Nueva York, haciendo negocios en Nueva York, Japón, Londres, Las Vegas etc. 

Nunca me olvidaré cuando un viernes de tarde durante mis primeros años en la Ieshivá en Detroit, en mi búsqueda semanal de judíos para compartir alguna palabra de Torá y quizás hacer alguna mitzvá, me encontré con un joyero no judío. Después del famoso "Excuse me Sir, are you Jewish?" en el transcurso de la conversación, siendo él joyero le pregunté si, por casualidad, conocía a mi abuelo, "Your grandfather is Mister Chitrik?!" ("¡¿Tu abuelo es el señor Chitrik?!), me pregunta con asombro, "He's the most honest man I've met in the world" ("es el hombre más honesto que he conocido en mi vida"). Y esa no fue la última vez que escuché semejantes expresiones acerca de mi abuelo, de judíos y de no judíos…

Cada mañana después de la Tefilá y la lectura del New York Times junto a un café, mi abuelo viajaba a Manhattan. El viaje dura (en esa hora del día) una hora. Esa fué una hora de estudio de Torá. Entras al auto de mi abuelo y en la guantera probablemente encontrarás un tomo del Talmud y un comentarista de la Torá del siglo XVI, y en el CD escucharás clases de Torá. 

Todos los días después de la cena (y un día de comercio con la presión que sólo Manhattan le puede dar a un ser humano), subía a su oficina y estudiaba Talmud, Responsa Halájica, Parshat Hashavúa y las Sijot (charlas) del Rebe que tanto amaba. En Shabat, ni que hablar…  

No existía hablar con mi Zeide por más de cinco minutos sin que surja algo de Torá. Nunca pasó.

Hace unas semanas se llevó a cabo en New York la conferencia internacional de Shlujim del Rebe. Aparte de los miles de emisarios que vienen de todas partes del mundo para "recargarse las pilas", participan también amigos de Jabad que vienen junto con sus respectivos Shlujim a pasar este fin de semana inolvidable en Brooklyn.

Este año tuvimos el placer de contar con la presencia de tres amigos de Jabad Uruguay. El domingo a la noche, después del famoso banquete, charlando con uno de ellos le pregunté cual fue su "highlight" del fin de semana, a lo cual me respondió: "La verdad, lo que más me impacto fue cuando estuve en lo de tus abuelos el viernes de mañana y de repente entró el hijo de tu prima, después de saludarlo lo primero que le pregunto tu abuelo a su bis nieto de 9 años fue qué estudió recientemente en el "Jéider" y se pusieron a charlar de ese tema. Mirá, aquí tienes un hombre de 84 años, entra el bisnieto (uno de más de 100 nietos y bisnietos, Bli Ain Hará) y tu abuelo le da la atención completa y habla con el acerca de sus estudios ¡Impresionante!".

Estar en el mundo del comercio competitivo y, a su vez, estar completamente imerso en el mundo de Torá y Mitzvot, eso es lo que demostró y personificó Zeide.    

Zeide sobrevivió las persecuciones de Stalin y los años de hambre en la Unión Sovietica pero su mayor triunfo fue más que nada el hecho que pudo demostrar que D-os se encuentra en el "Free Country" así como se encontró en la base del Monte Sinaí hace 3324 años. Jewish Businessman Par Excellence.

Zeide, te extrañaré mucho. Las enseñanzas que inculcaste en mi por ejemplo estarán conmigo para siempre. Espero poder personificarlas y que no me tengan que preguntar si fuiste mi abuelo, porque se darán cuenta solos.


Foto: Disfrutando de mejores momentos con Zeide mientras jugaba la ajedrez con mi hermano  Levi.

3 comentarios:

  1. ב''ה
    אשרי הסבא שיש לו נכד כמוך.

    חיים

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  2. Excelente Bentzy, lamento mucho la perdida y que bh en su merito veamos al mashiaj ya y nos reencontremos todos!!!.
    La verdad que tuve a suerte de conocerlo a tu abuelo y es verdad que impactaba de solo verlo.
    Shabat shalom!
    Ioni Ascher.

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  3. Sin duda ha sido una persona como no hay muchas,por lo que comparte en su descripcion,debe haber sido todo un testimonio viviente de que se puede ser integro y mas y a la vez participar del mundo globalizado activamente, para las personas que tuvieron el privilegio de conocerlo debe haber sido toda una experiencia.

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