viernes, 20 de mayo de 2011

Lag Baomer



Lag Baomer 
Por el Rabino Eliezer Shemtov

Lag BaOmer es una festividad muy pintoresca. Se celebra por medio del encendido de Medurot o fogones y salidas con los chicos a los parques y bosques donde se suele jugar con arcos y flechas. En el año 1957 el Rebe de Lubavitch, zi”a, organizó el primer desfile de Lag BaOmer en Nueva York y desde entonces se ha transformado en una costumbre anual en muchas comunidades del mundo, principales entre las cuales están muchas comunidades en Israel.

¿Qué es lo que conmemoramos en Lag BaOmer?

Empecemos por el nombre.

Lag quiere decir “33” y BaOmer quiere decir “en el Omer”, refiriéndose al período de cuarenta y nueve días que contamos a partir del segundo día de Pésaj en el cual la Torá nos encomienda ofrendar un “Omer” (medida bíblica) de cebada y concluimos en víspera de la festividad de Shavuot. Lag BaOmer, entonces, es el 33er día de (la cuenta) del Omer.

Hay dos acontecimientos que celebramos en ese día: 1) el cese de la epidemia de los 24.000 alumnos de Rabí Akiva; 2)  el fallecimiento del gran sabio talmúdico Rabí Shimón bar Iojai, conocido también por sus siglas, Rashbí.

Alumnos de Rabi Akiva.

Las siete semanas entre Pésaj y Shavuot son un período de semi-luto durante el cual no se realizan casamientos, no se corta el pelo y no se escucha música festiva. El motivo es porque fue durante treinta y tres días en dicho período que 24.000 alumnos de Rabí Akiva  fallecieron en una epidemia misteriosa. Nuestros sabios atribuyen esa tragedia al hecho que “no se respetaban entre sí”.

Hay que entender:

      1- Una de las enseñanzas más famosas de Rabí Akiva es “’Amarás a tu prójimo como a ti mismo’ es una gran regla en la Torá.” ¿Cómo se entiende, entonces, que los mismos alumnos de Rabí Akiva ignoraban una de las enseñanzas más importantes de su ilustre maestro?

       2-¿Acaso por faltarle el respeto a alguien se merece la muerte?

Una explicación que el Rebe, zejutó iaguen aleinu, da al respecto es la siguiente: No dice que no se amaban sino que no se respetaban. De hecho se amaban mucho entre ellos y fue ese amor lo que,  paradójicamente,  llevó a la falta de respeto. Cuando uno veía que su compañero hacía algo que le parecía incorrecto, por preocuparse por él trató de imponerle su punto de vista “correcta”. No respetó el punto de vista de su compañero. No respetó la legítima diversidad que hay dentro del pueblo judío.

En cuanto a la segunda pregunta: La discordia no fue la causa de la muerte; simplemente fue lo que hizo que se expusieran a ella. No hay un poder más grande que la unión. Al debilitarla, quedaron expuestos y vulnerables y sucumbieron, como vemos en la siguiente anécdota.
Había un hombre que tenía muchos hijos que siempre estaban peleándose entre sí. Antes de fallecer los llamó a su lecho y les presentó con un paquete de palillos y les preguntó quién entre ellos tenía la fuerza de romperlo. Cada uno intentó, sin éxito. El padre agarró el paquete, lo desató y rompió a los palillos, uno por uno. “¿Ven, mis hijos?” dijo, “he aquí la diferencia entre la unión y la discordia…”

El mensaje de la conmemoración de la epidemia es muy sencillo y claro: importa de no sólo amar al prójimo sino hace falta también respetarlo. (Esto no quiere decir que hay que respetar todo lo que se le antoja a cada uno, pero esto ya es tema para otro momento…)

Rabí Shimón bar Iojai

Rabí Shimón bar Iojai fue uno de los alumnos predilectos de Rabi Akiva quien no falleció en la epidemia. Sus enseñanzas y opiniones proliferan en el Talmud. De hecho, dicen que a lo largo de las 2.711 páginas del Talmud no hay tres páginas seguidas sin que aparezca alguna opinión y enseñanza de Rabí Shimón.

Rabí Shimón vivió en la Tierra de Israel luego de la destrucción del segundo Templo, hace poco más de 2.000 años, y se vio obligado a refugiarse en una cueva durante trece años a raíz de la persecución romana. Fue el autor del libro básico del misticismo judío, el Zohar.

Antes de fallecer pidió que ese día se celebre con alegría ya que representaba el día en el cual se liberaba de las ataduras terrenales y su alma se volvía a unirse con D-os.

Fue enterrado en la ciudad norteña de Merón y, efectivamente, todos los años en Lag BaOmer se realizan grandes celebraciones con enormes fogones y bailes en la proximidad de su tumba.

Arcos y Flechas

Una de las costumbres populares de Lag BaOmer es  jugar con arcos y flechas. Hay varias explicaciones por ello:


 1-  Durante la época de Rabi Akiva y Rabí Shimón los romanos habían prohibido la enseñanza de la Torá y los maestros salían con sus alumnos a los campos y bosques para enseñar Torá lejos del alcance de las autoridades. Cuando aparecía algún inspector sacaban sus arcos y flechas y simulaban estar practicando su puntería.


        2- Durante la vida de Rabí Shimón nunca apareció un arco iris. El arco iris es señal de que D-os juró no traer nunca más un diluvio. Cada vez que aparece un arco iris es porque D-os quiere destruir al mundo pero no lo hace debido a dicho juramento. El gran mérito de Rabí Shimón neutralizó cualquier pecado de su generación, evitando la necesidad de que aparezca el arco iris.
       
       3-  Hay dos tipos de armas, representadas por la espada y el arco y flecha. La espada sirve para defenderse contra un enemigo cercano mientras que el arco y flecha defiende contra un enemigo lejano. Del mismo modo hay dos niveles de protección espiritual en la Torá. La parte práctica de la Torá (Talmud, Halajá) cumple la función de “espada”, guiando y protegiéndonos en el campo de batalla de la vida cotidiana: “haz esto”, “no hagas aquello”.  Las enseñanzas esotéricas (Kabalá, Jasidut) cumplen la función de “arco y flecha”, protegiéndonos en el campo de batalla más sutil y abstracto de las ideas y emociones del alma. Rabí Shimón era uno de los exponentes más destacados de esa disciplina esotérica.

Una Reflexión Esotérica

El objetivo del arco y flecha es llegar al corazón del enemigo. Pero antes de largar la flecha se la estira hacia el corazón propio. La enseñanza es que para poder llegar a conquistar al corazón del otro, tus palabras deben salir del tuyo.

Rabino.Shemtov@Jabad.org.uy 

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